Al confirmarse, por parte de la autoridad electoral, la intervención de dirigentes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) para financiar al Grupo Social Promotor de México y así convertirse en partido político, se le cerraron las puertas al grupo de Alfonso Cepeda. Se quedaron con el bate al hombro y hasta ahí llegaron sus pretensiones de convertirse en el partido bisagra para Morena. Fue un duro golpe que recibieron, que al parecer aún no acaban de reponerse.
Dicen que mal de muchos es consuelo de tontos, y creían que si ellos no conseguían el registro, tampoco lo conseguiría Redes Sociales Progresistas (RSP), sin embargo, se llevaron un palmo de narices cuando se enteraron que el partido, asociado con la maestra Elba Esther Gordillo, había conseguido su registro en el máximo Tribunal Federal Electoral. Hoy el SNTE oficialista, se encuentra en una difícil encrucijada, por un lado la nueva Ley Laboral los acorrala para obligarlos a sacar una convocatoria nacional y renovar al actual comité, que nunca ha sido respaldado por el máximo órgano de gobierno interno, a saber, un Congreso Nacional.
La ley exige elecciones libres, secretas y universales. Y, por otro lado, necesitan un instrumento político para poder acceder al poder. Por esa razón, no se duda que utilizaran lo que queda del partido turquesa para hacer roncha y hacerse notar ante el amo y señor de la Cuarta Transformación. Ese es su malsano instinto de supervivencia. Por cierto, ni el propio Mario Delgado se esperaba que el rechazo por firmar alianza con lo que queda del partido turquesa fuera tanto, al menos en las benditas redes sociales han criticado esa relación política.
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