Tras recibir una despedida íntima con sus familiares, amigos, ex futbolistas y algunas autoridades en su residencia, el féretro fue trasladado con una comitiva escoltada por la policía hasta la capital bonaerense. En dicho traslado se generaron tumultos a tal grado que la policía tuvo que restringir el paso de todos los que querían sumarse al cortejo fúnebre.
Muchos de los aficionados que llegaron a las puertas de la Casa Rosada han pasado la noche en las inmediaciones esperando la apertura de las puertas para dar su último adiós al Diez. Algunas fuentes indican que dada la cantidad de ciudadanos que han acudido a la capilla ardiente, es probable que no todos puedan entrar, por lo que se han instalado pantallas de video para que el féretro pueda ser visto desde el exterior.