¿Qué sentirán los del colectivo Solecito, que se pusieron de parte del gobierno que lo liberó? ¿Qué sentirá Lucía Díaz Genao que por unos baños portátiles dejó que le vieran la cara? Ahí está Arturo Bermúdez Zurita, el Capitán Tormenta, libre gracias a la Cuarta Transformación, gozando de la vida en las playas mexicanas, dando clases de Jet Ski, saliendo en televisión a nivel nacional, esbozando la sonrisa de la impunidad, intentando con esa actividad de olvidar tantos muertos, tantos rostros, tanta masacre.
A eso vinieron los de la Cuarta Transformación, a liberar criminales: Ovidio Guzmán, Salvador Cienfuegos, Arturo Bermúdez Zurita. No sólo por eso, la 4T nunca debió existir.