Fue en ese lugar donde lo tétrico y extraño pasó, pues durante la rápida velación, los presentes oyeron que adentro del ataúd de su familiar se escuchaban ruidos, por lo que rápido lo abrieron y así sin ninguna precaución debida, uno de los presentes le practicó RCP y respiración boca a boca al muerto.
Tras esto, elementos paramédicos, así como de la policía, llegaron a los funerales y luego de oír la versión de la historia de la familia, checaron al difunto y vieron que no tenía signos vitales y los ruidos que oyeron quizás vinieron del triste momento. Se desconoce qué pasará con la persona que le practicó la respiración boca a boca al fallecido.