La joven al escuchar lo que le decía el oficial se quitó el cubrebocas para decirle que ella no era una mujer transgénero. La joven señaló que, si bien su cuerpo estaba musculoso, no era señal para que pensara que era transgénero, sino que es debido al entrenamiento físico. El oficial pidió disculpas en nombre del chofer del transporte y de él.
Al día siguiente Zeltzin regresó a la estación del Tuzobús e ingresó una queja. Debido a que en el módulo de atención no había personal para atenderla, el oficial le hizo llenar el reporte, le pidió sus datos y le indicó que se pondrían en contacto con ella. Algunos activistas por los derechos de la diversidad sexual, consideraron que este acto fue discriminatorio en dos sentidos: misógino y de transfobia. Señalaron la falta de capacitación del personal que opera el transporte. Asimismo, dijo que si la medida de no incluir a la comunidad transgénero en el transporte exclusivo para mujeres es por órdenes del gobierno estatal hay problemas de transfobia.