Aurelio Contreras Moreno / El pasado fin de semana comenzó a difundirse la propaganda oficial para promover el segundo informe de labores del gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, mismo que tendrá lugar el próximo domingo 15 de noviembre.
Mientras los mensajes oficialistas han puesto énfasis en la construcción de infraestructura en comunidades apartadas –mucha de la cual ni siquiera está terminada o bien presenta fallas que la hacen colapsar de inmediato, como acaba de ocurrir en un tramo de la carretera Las Choapas-Cerro Nanchital-, el discurso público de las autoridades se enfocó en el tema de la seguridad, en el cual juran haber alcanzado importantes logros.
En una especie de “pre-informe” junto con la Coordinación Estatal para la Construcción de la Paz, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez afirmó que los delitos de acto impacto en la entidad disminuyeron 24.67 por ciento respecto de su primer año de gestión, con lo cual pretende asegurar que “cumplió” con el plazo de dos años que él mismo se fijó al inicio de su administración para dar resultados en la materia.
Tras incluir cifras correspondientes a las labores de instancias no estatales como la Guardia Nacional y las secretarías de la Defensa Nacional y de la Marina-Armada de México, se refirieron diversos números que se calificaron como “resultados” obtenidos “desde el relevo en la Fiscalía General del Estado”, entre los cuales se incluyó la disminución del feminicidio en 21.11 por ciento.
Incluso, durante el acto la fiscal general estado, Verónica Hernández Giadáns, reiteró que en 2020 los casos de feminicidio han decrecido en Veracruz y, en contraparte, las carpetas de investigación judicializadas aumentaron en 62 por ciento, con lo cual le bastó para asegurar que los resultados han sido “muy positivos”.
Pero mientras los funcionarios estatales ofrecían su “pre-informe” a un muy cuidadosamente seleccionado grupo de reporteros, enfrente del palacio de gobierno grupos de mujeres activistas destrozaban la idílica versión de un estado con menos violencia.
Luego de colocar cruces en las escalinatas de la Catedral de Xalapa para simbolizar los asesinatos de mujeres en la entidad, las activistas acusaron al gobierno estatal de “simular” resultados a través de la manipulación de las cifras y la recategorización de los delitos para que, en lugar de tipificarlos como feminicidios, se les considere como homicidios simples.
De esta forma, en lugar de los aproximadamente 200 feminicidios registrados en 2019, en 2020 la cifra oficial bajó “milagrosamente” a 71, aunque de acuerdo con las activistas, el número real sería cercano al del año pasado.
“Las cifras de violencia van a la alza. Son 150 mujeres las que han sido asesinadas este año. Que las mujeres vean todas las mujeres que nos faltan”, aseveró durante la protesta Miryam Lagunes Marín, integrante del Sistema Estatal para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, quien sentenció que “de todos modos no agarran a nadie, no hay reparación del daño, no hay nada, sigue la impunidad”.
Al fin de cuentas, simuladores. Y así llevan dos años ya.
Negligencia médica en Coatzacoalcos
A quien esto escribe le fue hecha llegar una solicitud para denunciar una situación de negligencia médica en el Hospital General Regional “Dr. Valentín Gómez Farías” de la ciudad de Coatzacoalcos.
El paciente Fabián Arévalo Toscano –quien sufre una extrofia vesical de nacimiento y escoliosis múltiples- ingresó al nosocomio el pasado 4 de octubre por una baja de hemoglobina severa y una infección en las vías urinarias, por lo cual fue sometido a una intervención quirúrgica –tras cancelársela al menos en tres ocasiones- hasta el día 30 de ese mismo mes, misma que le provocó una fuga de orina por una de las heridas, a pesar de lo cual fue dado de alta al otro día ya que no había disponibilidad en el hospital.
Sin embargo, su condición empeoró en los días siguientes y tras consultar a su urólogo, éste determinó la necesidad de una nueva cirugía de carácter inaplazable desde el 6 de noviembre, para lo cual se presentaron en el área de Urgencias del mismo centro médico temprano por la mañana de ese día.
Pero hasta este lunes 9 de noviembre la intervención no se había llevado a cabo, con todo y que los familiares le habían expuesto la situación al director del hospital, Pedro Miguel Rosaldo Salazar, quien primero les aseguró que Fabián Arévalo Toscano recibiría la atención este mismo día, para luego desdecirse al justificar que no lo atenderían porque “hubo una urgencia con un baleado”, con lo cual se puso al paciente en real peligro de muerte.
A ver si esto también lo incluyen entre los “logros” del segundo informe de gobierno.
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