A días del 2º Informe, Cuitláhuac García se empieza a vender como una bendición para Veracruz; pero ya nadie le compra sus mentiras

A días del 2º Informe, Cuitláhuac García se empieza a vender como una bendición para Veracruz FOTO: WEB

Iniciaron los spots radiofónicos, los espectaculares, las publicidades en medios afines al gobierno en donde quieren poner al gobernador Cuitláhuac García como el gran beneficiario de Veracruz, como el bendito de López Obrador, el honesto de la Cuarta Transformación. La campaña muestra a un gobernador sonriente por los grandes resultados que su gobierno ha dado a los veracruzanos; se le ve abrazando ancianos, se le ve caminando por carreteras ficticias, se le ve entregando recursos que otros funcionarios gestionaron.

De repente se acordó Cuitláhuac García de que es gobernador de Veracruz y dejó un poco su frivolidad de patio de vecindad, el ocio de quien ya no quiere recibir malas noticias, y se fue a que le tomaran fotos para promocionar su segundo informe de gobierno; un informe, que ya advirtieron, va a ser chiquito, porque el gobierno de Cuitláhuac García es chiquito. ¿Qué va a informar el gobernador?

¿Acaso tendrá el valor suficiente para reconocer que, por no poner orden en la Secretaría de Salud, el dinero que debió ser para las medicinas contra el cáncer de los niños, terminó en manos de empresas fantasmas, en manos de aviadores? ¿Acaso reconocerá el fracaso de la obra pública? ¿O será tan cándido que informará sobre las residencias que se está construyendo su favorito de la SEV? No, Cuitláhuac García se quiere vender como una bendición, como honesto, como un gran gobernador; pero en Veracruz ya nadie le compra sus mentiras.

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