En muy pocos días, México alcanzará la cifra de un millón de contagios, y por ende, rebasará la cifra de 100 mil muertos. La gente ha bajado la guardia a un encierro de casi ocho meses y está saliendo a las calles de una manera irresponsable al no respetar la sana distancia y sin usar el cubrebocas. Esta acción pone en peligro el trabajo que sociedad y autoridades han hecho para limitar el número de contagios y muertes. Se espera un rebrote en unos cuantos días. Por tal motivo, el regreso a clases de manera presencial se encuentra cada día más lejos.
Si maestros y padres de familia creían que el regreso a clase se podía dar pasando las fechas navideñas, tal parece que no será así. Por lo pronto, los maestros ya se han familiarizado con las diferentes plataformas que les permiten dar clases desde sus hogares y es de reconocer el esfuerzo que han hecho los padres de familia para dotar a sus hijos con teléfonos celulares y una buena línea de internet.
Es cierto que se requiere un pronunciamiento oficial por parte de las autoridades educativas y sanitarias, no obstante, sólo se requiere un poco de sentido común y algo de análisis de las estadísticas y del comportamiento de los grupos sociales para darnos cuenta que, esta pandemia no dejará tierras mexicanas en poco tiempo, sino que desgraciadamente ésta llegó para quedarse entre nosotros.
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