Sergio González Levet / ¿Le ha pasado alguna vez a usted extrañada lectora, o a usted impávido lector, que de repente se encuentra sin tema de qué hablar, y no sabe qué hacer con su interlocutor o interlocutora, según sea el caso, qué decirle?
Pues en ese brete me encuentro hoy porque decidí no escribir mal del extático Góber Cuitla, ni de Erick L., el Bola Ocho, y sus devaneos, menos de Bola Nueve, el Butcher Ramos Alor, o de los familiares de tantos y tantos morrenistas que siguen y siguen cobrando sin hacer nada -o haciéndolo muy mal- y ocupando el lugar que podrían tener veracruzanos de bien, talentosos, preparados, honorables, que trabajarían bien para que no nos fuera tan mal en el estado con la pandemia y los errores del peor Gobierno de nuestra historia, la reciente y la antigua.
Digo, porque si quisiera, hubiera podido llenar este espacio con todas las triquiñuelas que hacen el morrenista número 1 y el número 2 de Veracruz para, según piensan, perpetuarse en el poder, después de que ganen -creen, ilusos- la elección del año próximo y vuelvan a tener una gran mayoría en la Legislatura que les permita pasar todas las leyes que se les ocurran para manejar el estado y los dineros del estado a su antojo y no por el bien de la población, como prometieron en campaña (y eso que es una bendición que tengamos al Góber que tenemos, AMLO dixit).
Tampoco quise hablar, ni bien ni mal, del patriarca morreno, del presidente Andrés Manuel López Obrador, porque sé que la gente ya está cansada de oír y leer las críticas por la errabunda actuación del jefe de las instituciones, que pareciera mejor el verdugo de éstas. De las aburridas y cansadas conferencias mañaneras, en las que miente y cambia datos, ésos que él tiene, es mejor ni mencionarlas, porque son un ladrillo en la nuca para los mexicanos, menos al parecer para Carlo Pozos, Lord Molécula, la viva imagen de la estulticia del régimen.
Hubiera podido también, pero no lo haré esta vez, censurar la fallida elección del presidente de Morrena (#LordlaTerceraeslaVencida), Mario Delgado, que dejó fuera para los militantes la oportunidad se tener un dirigente de lujo, en la figura de uno de los políticos más completos y talentosos de México, don Porfirio Muñoz Ledo.
Imaginen todo lo que habría dicho, si estuviera en esa tesitura, sobre el ridículo en que pusieron al INE cuando lo obligaron a hacer 3encuestas3, hasta que lograron que saliera al frente el diputado que manejaba la bancada mayoritaria en la Cámara Baja del Congreso de la Unión.
Pero no, Por esta vez dije ya basta. Y decidí darnos un descanso, los entrañables lectores y yo, de tanto estar señalando y leyendo cosas que están mal hechas, de tanto pedir que corrijan, que no sean mentirosos, ni corruptos, ni traidores.
Por eso hoy mejor no escribo de nada.
Y ahí la dejo…
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