Mientras las naciones europeas recrudecen medidas por la segunda ola y el rebrote del covid-19, muchos católicos confían en que San Judas Tadeo, el patrón de las causas desesperadas, los protegerá, sino cómo explicar que cientos de feligreses lo visitan sin cubrebocas y sin respetar la sin distancia. De ese tamaño es la fe de estas personas en México.
Es cierto que se debe respetar la creencia religiosa de todos, sin embargo, resulta imprudente y temerario hacer manifestaciones de su fe de manera pública, en medio de una feroz pandemia, ya que estas acciones impiden que se rompa la barrera de contagios, por lo contrario, es como echar leña al fuego.
Y es que, desde la noche de este martes, fieles de San Judas Tadeo se encuentran a las afueras de la Iglesia de San Hipólito, a pesar de que el templo estaba cerrado por la contingencia sanitaria por el covid-19; no obstante, debido a la gran afluencia, se decidió abrir el templo; el ingreso es de 20 personas cada cinco minutos. Por cierto, elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana se encuentra realizando operativos para evitar aglomeraciones en el lugar, a pesar de que se les hizo un llamado de no asistir.
Comentarios