Adiós a la idea romántica de andar visitando pueblitos. Esta actividad, que podría beneficiar al turismo local de muchas comunidades rurales, se ha convertido en una actividad muy peligrosa. La abogada Edmunda Adela Martínez, originaria de Orizaba, Veracruz y un acompañante, conservaban la romántica idea de visitar esos pueblos que solían tener magia. Cuando se dirigían a León, Guanajuato, decidieron pasar por San Nicolás Buenos Aires, Puebla. Ingresaron a una tienda donde, por medio de una persona, se esparció la falsa acusación de que habían plagiado a un niño e intentaban plagiar a otro.
Después de esa noticia falsa, Edmunda Adela Martínez y su acompañante fueron detenidos y señalados de robachicos. Los acusaron de secuestradores mientras corría el rumor que un niño estaba extraviado. Los pobladores se encontraban enfurecidos por el robo de un menor, mismo que no se comprobó. Sin pruebas, sin compasión, sin ningún motivo, los pobladores los lincharon, les quitaron la vida de la manera más cruel que se pueda uno imaginar.
Ante la furia animal de los pobladores, la abogada y su acompañante gritaban desesperados que le dijeran a qué niño se referían, pedían que se tranquilizaran y que mostraran pruebas sobre la acusación que les hacían. Pero quien empezó el rumor de la falsa acusación ya no estaba allí, o se escondía tras su cobarde conciencia.
La Fiscalía de Puebla, junto con el gobernador Miguel Barbosa, dieron a conocer en conferencia de prensa que ya se investiga sobre los dos homicidios ocurridos en la comunidad de Emilio Portes Gil. Exigen que en esta ocasión las autoridades lleguen hasta el cobarde que comenzó con la falsa acusación y los que no hicieron caso ante el dolor de Edmunda Adela Martínez y su acompañante.
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