Cuando el Carón llegó
al averno su refugio
la huesuda se espantó
por su carota de Furcio.
Se decía el operador
del señor de los infiernos
pero era balín valedor
se le aflojaban los cuernos.
Juan Javier tenía un pendiente
lo acusó un periodista
de presentarle a la muerte
pero nadie siguió pista.
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