Todo el tinglado político morenista ya se encuentra preparado para ungir a Mario Delgado como nuevo dirigente. Después de que se pronunciara el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), desestimando las impugnaciones de Muñoz Ledo y Yeidckol Polevnsky, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación dio por válidos los resultados de la encuesta pública para renovar la dirigencia de Morena, donde se señalaba un empate técnico entre Muñoz Ledo y Mario Delgado.
Pues resulta que al conocer esta resolución, de manera inmediata la exdirigente de Morena, Yeidckol Polevnsky, fue a fumar la pipa de la paz con Mario Delgado y le brindó su apoyo absoluto, ya antes lo había hecho el candidato perdedor Gibrán Ramírez, que conociéndolo bien, debió vender su amor y lealtad a Mario Delgado por un pedazo del pastel. Por cierto, tanto Delgado, Ramírez y la Polevnsky están contagiados de coronavirus. Y es que, si no pasa otra cosa, Mario Delgado será el nuevo presidente de Morena, ya por ahí las encuestas pagadas por su equipo lo posicionan hasta con 17 puntos arriba de Porfirio Muñoz Ledo.
Lo cuestionable de esta contienda electoral es que Mario Delgado llegará a limpiar el chiquero que le dejará su nueva aliada Yeidckol Polevnsky, y lo que es peor, llega desgastado y con la sospecha de que el dueño de la franquicia y voz cantante de las mañaneras, le tuvo que giñar el ojo al INE para que el cuestionado diputado llegue a manejar las jugosas prebendas económicas de la “esperanza de México”.
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