A ver, que no se confundan los mesozoicos tricolores. Es cierto que la derrota de Morena en Hidalgo y Coahuila es un descalabro fuerte, pero de eso a que el PRI regrese como justiciero vengador, eso está muy verde. Casi una centuria de saqueo desvergonzado no se puede olvidar tan fácilmente. Muchos tuvieron que morir para que el PRI fuera vencido y que en un santiamén ya estén de regreso, no parece lógico ni congruente.
Aunque, a decir verdad, el terreno ha sido abonado por el nepotismo de la propia 4T y de la sobrada soberbia de muchos funcionarios, que a huevo han querido colocar a sus hijos en estructuras de gobierno, siendo estos aún son unos imberbes, nonatos y novatos. Estas acciones les han salido muy caras, en parte por eso: los electores les han pasado la costosa factura.
Además, los electores ya se dieron cuenta que si todas las canicas del poder se cargan para un sólo lado, se corre el riesgo de llegar a los excesos, como en sus momentos lo hicieron el PRI, el PAN y ahora Morena. Si en verdad se habla de democracia, el Congreso Federal deberá estar distribuido en varias fuerzas para que el Ejecutivo federal tome en cuenta a hasta los diputados de las fuerzas más pequeñas. Ojalá y que este nuevo escenario comprometa a todas las fuerzas políticas y en verdad se pongan a trabajar favor del electorado.
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