La segunda ola ya está aquí

La segunda ola ya está aquí FOTO: IVÁN DANIEL MONTERO
- en Opinión

Iván Daniel Montero García / Desde que nos liberaron en junio pasado, los expertos en teorías de conspiración afirmaban que solo nos dejaban salir porque era imposible soportar las temperaturas de verano encerrados en casa, pero que en cuanto empezara el frio de otoño volverían a confinarnos.

Como decía el finado Divo de Juárez: Así fue. Primero fue Madrid, las autoridades sanitarias estatales a través del Ministerio de Sanidad comenzaron confinando barrios de la capital española, hasta que el pasado viernes 9 de octubre –luego de jaloneos entre el gobierno de Madrid, el Tribunal de Justicia y el gobierno Estatal– la administración de Pedro Sánchez aplicó un nuevo Estado de Alarma a todo el territorio de la Comunidad de Madrid, limitando su movilidad como en la primavera pasada.

Como dice esa máxima popular: Si ves las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar. Una semana después la otra gran zona metropolitana ibérica a través de su gobierno, la Generalitat de Catalunya, se adelantó a las posibles medidas que le impondrían desde La Moncloa y comenzó a endurecer el discurso sobre restringir la interacción de los ciudadanos ante el incremento de casos y saturación de UCIs en los hospitales catalanes por el Coronavirus.

En un santiamén –de martes para miércoles de esta semana– se tomó la decisión de cerrar bares y restaurantes por un periodo mínimo de 15 días (hasta el 2 de noviembre) para disminuir el contacto entre la población. También se cancelaron los deportes amateurs, congresos, ferias; se limitó el aforo de centros comerciales y de tiendas al 30 por ciento; además de que los parques y jardines quedarán cerrados a las 8pm.

Cabe señalar que en general la población ya se estaba acostumbrando a la nueva normalidad, e incluso los que vivieron de cerca los estragos de este virus se encontraban relajados, siguiendo con su vida, resignados a que en breve no habrá vacuna ni tratamiento. Viviendo “a tope” como dicen aquí, siguiendo la filosofía del gran Rod Stewart: Solo hay una oportunidad en esta vida y hay que tomarla mientras no se tiene miedo, porque la vida es breve y se va como un puño de arena en la mano.

Del lado económico nadie sabe si aguantarán los medianos, pequeños y micro empresarios con esta nueva encerrona. Durante semanas previas a dejarles abrir en el pasado verano se gastaron una buena cantidad de dinero en mamparas, geles desinfectantes, mascarillas, guantes y demás utensilios y cualquier medida para evitar un cierre como el que les acaban de anunciar este jueves 15 de octubre.

En otros países europeos como Italia o Portugal esta denominada “Segunda Ola” acaba de aterrizar junto con nuevas restricciones. Por ejemplo, Francia acaba de imponer un toque de queda de las 21 a las 6 horas en regiones como París, Lyon, Marsella, y otras urbes más.

En México la primera Ola es tan grande, como las que se van a surfear en Puerto Escondido, que ya se juntó con la segunda. En un lejano abril el encargado de esta emergencia sanitaria, el epidemiólogo –y rockstar– Lopéz-Gatell pronosticó un total de 8 mil defunciones, al día de hoy hay ya más de 85 mil fallecimientos. ¿Ni tantita autocrítica?

Durmiendo con el enemigo

Siguiendo con México y las alegorías, en estas fechas que se ponen de moda las historias de terror, hay unas que sobrepasan las de Edgar Allan Poe, Horacio Quiroga o Lovecraft. Primero fue Genaro García Luna, el responsable de regresarnos la seguridad a todos los mexicanos.

Ayer “otra manzana podrida”, nada más y nada menos que el titular de la institución que hasta ayer se creía impoluta, incorruptible y la que más confianza daba a los ciudadanos. Salvador Cienfuegos Zepeda, ex titular de la Secretaría de la Defensa Nacional alias –así como cualquier delincuente con motes– “El Padrino”, dicen en el vecino del Norte, trasportaba y distribuía la droga que tanto daño le ha hecho a millones de mexicanos.

Existe un consenso universal que las historias de terror que más miedo y horror provocan, no son las de monstruos y entes mágicos, sino las de humanos comunes y corrientes que andan entre nosotros haciendo atrocidades. Así como Genaro García Luna y Salvador Cienfuegos Zepeda.

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