Y por si fuera poco, también se comprobó que los cinco millones 303,000 pesos obtenidos por Grupo Social Promotor de México provenía del propio sindicato. Pero eso no es todo, a Cepeda Salas aún le llueve sobre mojado, ya que en la misma sesión se enteró que la agrupación Redes Sociales Progresistas (RSP), plenamente identificada con su poderosa enemiga Elba Esther Gordillo, tendrá por orden de este tribunal su registro como partido político nacional. Hoy, Alfonso Cepeda Salas sabe que sus días frente al SNTE están contados, sabe que ya no puede oponerse a elecciones democráticas, ya está sintiendo el frío de la mirada presidencial.
Sabe que no puede seguir con sus ínfulas de querer negociar sólo con Olga Sánchez Cordero. De nada le sirvió tener como asesor al señor padre de la secretaria del Trabajo, Luis María Alcalde, para que pasara por abajo del agua un manual de elecciones que discriminaba a los maestros de pocos años de servicio y que dejaba al margen a los propios jubilados. Ni hablar, en esta vida se siega lo que se siembra y para Alfonso Cepeda Salas viene la cosecha que deja la traición.