Por supuesto, a él el problema de los aviadores no le importa, pues si le importara desde que inició su gobierno le señalamos lo que sucedía en el Colegio de Bachilleres de Veracruz, donde le anotamos con nombre y apellido a una veintena de aviadores, sólo unos cuantos de las centenas que existían en esa institución. Es más, demostramos con documentos del propio Cobaev que el hijo de Érika Ayala, Bryan Alexis Juncal Ayala, tenía plaza de profesor de tiempo completo en el Cobaev sin haber cumplido los 18 años, sin tener título universitario.
Claro que se enteró de esa situación el gobernador, pero en lugar de poner orden y de llamar a cuentas a Érika Ayala, prefirió hacerla su aliada amagándola con el tema de los aviadores en Cobaev. Al menos logramos que esos aviadores acudieran a checar y a hacer tiempo nalga en las oficinas de Cobaev. Pero el gobernador, como en muchos otros casos de corrupción, no ha hecho nada.