Muchas personas se han cuestionado ciertos detalles de los grandes pintores; su forma de combinar las formas y los colores. Entre los pintores más enigmáticos se encuentra el pintor neerlandés, Vincent Willem van Gogh, el cual en la mayoría de sus obras implementaba el color amarillo. Muchos dirían que al pintor Van Gogh le gustaba el color amarillo y por ese motivo lo resaltaba en sus obras, y podría ser suficiente; pero atrás de esto hay una explicación. Van Gogh a la edad adulta empezó a enfermar de un extraño padecimiento psicológico el cual tuvo que controlar con un tratamiento farmacológico digital.
La medicina digital era empleada para tratar las crisis maniacodepresivas. El pintor la consumía habitualmente en un intento de suavizar los ataques que azoraban su cuerpo y mente, ya que se le atribuían propiedades sedantes y antiepilépticas. Su manía por plasmar el color amarillo ha sido relacionada con una intoxicación por digital por la medicina “digitalis” purpurea la cual era utilizada para diversas enfermedades y patologías.
Desafortunadamente, los pacientes que consumían este tratamiento desarrollaban xantopsia, una patología que alteraba la percepción de los colores en los afectados, que tendían a ver los objetos con un tono amarillento. Vicent van Gogh veía el mundo a través de un filtro amarillo provocado por la medicina que consumía. De modo que el pintor tan sólo trasladaba a los cuadros los tonos que observaba.
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