La Cuarta Transformación debería publicar ya su catálogo de incongruencias. Empezando con las del presidente López Obrador y sus rifas, o su postura de respeto a los medios, aunque a algunos los llama pasquines inmundos. También las Fernández Noroña, quien presume austeridad, pero se da sus escapadas a Las Vegas; al mismo tiempo habla de limpieza ideológica, pero recluta, para cumplir sus ambiciones, a diputados a los que en algún momento acusó de asesinos.
Otra muestra de la incongruencia es la de María Elena Álvarez-Buylla, directora del Conacyt, quien, ante la polémica desatada por la desaparición de fideicomisos, ella, para quedar bien con el presidente López Obrador, declaró que los fideicomisos (todos) son «fuentes de corrupción, instancias opacas y modos de desviar recursos». Claro, lo que no dijo la directora del Conacyt es que ella recibió de esa «fuente de corrupción» (los fideicomisos según ella) 7 millones 228 mil 714 pesos de estos fondos.
Reporta el periódico El Universal que tan sólo en el 2003, durante el sexenio de Vicente Fox «Álvarez-Buylla obtuvo 10 millones 598 mil 714 de pesos para el financiamiento de tres diferentes proyectos a través del Fondo Sectorial de Investigación Ambiental Semarnat-Conacyt y el Fondo Institucional del Conacyt». ¿Cuáles fueron sus resultados? ¿Contribuyó en algo para el beneficio ambiental? Todo se lo gastó en viajes, investigaciones que publicó en revistas, y congresos.
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