Carlos Jesús Rodríguez Rodríguez / EL DISCURSO de Cuitláhuac García Jiménez bien podría considerarse un “galimatías”, entendido este como el término usado para describir un lenguaje complicado y casi sin sentido, embrollado y oscuro por la impropiedad de la frase o por la confusión de las ideas. Y es que mientras el titular del Ejecutivo del Estado jura y perjura que su Gobierno ha ahorrado 2 mil 285 millones de pesos comparando 2018 y 2019 tras recibir un resumen de resultados de la Secretaría de Finanzas y Planeación, previo al Segundo Informe de Gobierno, el mandatario Estatal que como dice una cosa dice la otra imitando el lenguaje chimoltrufiesco del Presidente Andrés Manuel López Obrador, sostiene, sin embargo, que seguirá pidiendo créditos para poder cumplir con el gasto corriente hasta el año 2023 ya que, justificó, “dicho recurso se ha pedido desde la época de Fidel (Herrera Beltrán), con (Javier) Duarte y Miguel Ángel (Yunes Linares) a los que acusa de neoliberales, en tanto López Obrador pide que no se les compare, pues jura y perjura que las administraciones de MoReNa no son como antes. Ahora que, salvo que por ser el “consen” del titular del Ejecutivo Federal, a García Jiménez se le permita hacer uso de prácticas “neoliberales” asumidas por los predecesores a los que, por cierto, por esos préstamos del pasado no baja de corruptos, de mantener aviadores y de haber saqueado al Estado, cuando la actual administración incurre en los mismos vicios pese a los subejercicios de 2019 y ahora, en el 2020 cuando se perfilan millonarias devoluciones. En pocas palabras, un lenguaje que no se entiende, y uno se pregunta: ¿para qué quiere más dinero Cuitláhuac si no lo aplica, y si fuera para salarios, que acaso no redujo la planta laboral como se lo ordenó su dueño?
TAL VEZ García Jiménez ha acusado a sus antecesores de haber encabezado gobiernos neoliberales y de ser los responsables de los problemas de Veracruz, solo para lavarse las manos por el desastre en el que tiene al Estado en materia de seguridad, salud, educación y desarrollo económico, entre muchos otros rubros, haciendo como su patrono: culpar al pasado de los yerros del presente, y de esa manera seguir calentando el ánimo de un pueblo dividido. Cuitláhuac justifica, sin embargo, que los 2 mil 285 millones de pesos dizque ahorrados se usaron para pagar a la UV, contratar más policías (pues no parece porque la inseguridad, masacres, feminicidios, levantones y secuestros van al alza), pagar deuda, disminuir pagos de intereses de deuda e incrementar los montos de inversión pública y de obra (que a decir verdad, no se ven por ninguna parte, salvo en la reparación de carreteras que ya existían).
Y COMO pocos le creen –ya que en Palacio ni siquiera el secretario de Gobierno le hace caso-, Cuitláhuac dice que se trata de ahorros del combate a la corrupción como quitar privilegios y disminuir costos que eran inflados en servicios contratados (mantenimiento, limpieza, etc.) y compras de insumos a precios desproporcionados (papelería, equipo de oficina, etc.), aunque sería bueno que desterrara a los aviadores en el Congreso del Estado en la nómina del diputado Juan Javier Gómez Cazarín a quien se le queman las habas por ser legislador Federal por Los Tuxtlas, o en la pagaduría del Tribunal Superior de Justicia, sin descuidar al propio Ejecutivo donde los cochupos son de 20 a 200 mil pesos mensuales para los incondicionales. Como fuera, uno se pregunta: porque si el Gobierno de García Jiménez ha sido tan ahorrador pedirá otro préstamo como el más reciente por 1 mil 800 millones de pesos que bien pudo haber evitado de aplicar los 2 mil 285 millones que dice haber ahorrado, en un lenguaje cantinflesco que confunde.
LO QUE llama la atención es que a diferencia del presidente Andrés Manuel López Obrador que ha sido consistente e intransigente en su política de no endeudarse ni siquiera para apoyar a los cientos de miles de trabajadores y pequeños empresarios ante la caída de la economía por la pandemia de CoVid19, o en la compra de medicamentos para el cáncer –y cuando finalmente los compran se los roban-, Cuitláhuac parece desoír al mandatario Federal y sigue engrosando la cartera de deuda de la administración Estatal, mientras el recurso que arguye es que si lo hicieron Fidel, Javier y Miguel Ángel, por qué él no si se trata del consen del Presidente, y basta rogarle que venga a visitar Veracruz para que en un gesto inexplicable que más bien lleva la consigna de molestar al prójimo, el mandatario vuelve a la retahíla de que García Jiménez es el más honesto, el más cercano a la gente y solo falta que dijera que es el más bonito. Porque a decir verdad, hay quienes dicen que en cada halago al Gobernador, el Presidente agradece el subejercicio en que hace incurrir al Estado, recursos que son retornados a la tesorería de la Federación para que AMLO lo reparta como le venga en gana.
PERO EL caso es que a pesar hay una millonada que no ha sido aplicada, es que de acuerdo con el titular del Poder Ejecutivo Estatal, para el cierre del ejercicio fiscal 2020 su Gobierno contratará un nuevo crédito bancario que endeudará todavía más al Gobierno de Veracruz por 1 mil 800 millones de pesos, y que de acuerdo a García, con esos recursos se podrá hacer frente al gasto corriente concerniente al pago de aguinaldos y demás prestaciones salariales de la abultada nómina Estatal que por lo visto no redujo, y aunque justificó que la necesidad del crédito es para pagar al sector educativo y a toda la estructura gubernamental, lo cierto es que el gasto de los profesores está federalizado y etiquetado en cada presupuesto de egresos, lo que constituye una enorme falacia.
LO PEOR es que el Coordinador General de Comunicación Social, Iván Luna Landa mostró al gobernador Cuitláhuac García Jiménez los “resultados” obtenidos de las actividades para informar las acciones gubernamentales y las campañas de difusión en colaboración con todas las dependencias del gobierno estatal, como si realmente tuviera algo que informar este muchachito que no se reconocería el pie derecho del izquierdo, pero ni el Gobernador ni Luna Landa dijeron nada sobre la percepción que tienen los veracruzanos en torno a su gobierno –y que se refleja en las encuestas que colocan al mandatario entre los peor evaluados del país- en vísperas del Segundo Informe, y vaya que las encuestadoras se quedan cortas ante a la visión de quienes padecemos de cerca tan exquisita administración. Así de simple. OPINA carjesus30@hotmail.com