Porfirio Muñoz Ledo cometió la imprudencia de anunciar, desde la tarde del domingo, que acudiría a la sede del partido Morena, en la colonia Roma. Incluso anotó la hora, las 12:00 horas. Porfirio Muñoz Ledo se proclamaría, gracias a sus cinco décimas de ventaja en la encuesta del INE, como presidente legítimo del partido que fundara Andrés Manuel López Obrador. Ya con conocimiento, desde las 09:00 horas un grupo de mujeres llegó a las oficinas del partido y se plantó en la entrada, impidiendo que nadie entrara a las oficinas; ni a laborar ni a tomar protesta como presidente legítimo.
Las mujeres, autodenominadas feministas, acusan a Porfirio Muñoz Ledo de acosador sexual; un golpe muy bajo por parte de quien lo armó. Esto obligó a Porfirio Muñoz Ledo a cancelar su toma de protesta. El diputado federal, uno de los políticos más añejos de la Cámara de Diputados, tuvo que cancelar su evento ante lo que llamó un “asalto violento” supuestamente perpetrado por Mario Delgado, quien quedó en la encuesta para definir al presidente de Morena, sólo cinco décimas debajo de Muñoz Ledo.
Ya el presidente de México pidió que se arreglara el asunto de la presidencia; no quiso ponerse del lado de nadie, porque dijo que eso era asunto de partidos políticos y él es el presidente de México.
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