Laura, una mujer cansada de tener que trabajar diariamente junto con Jack su marido, todo para sustentar los gastos de la casa en Virginia, Estados Unidos recibe una sorpresa que sería gratificante para ambos. Ese día la mujer regresa a su casa emocionada, esperando encontrar a su esposo para trasmitirle la noticia, pero al llegar se encuentra con una carta en la mesa, la carta estaba escrita por su esposo. En la carta el marido le declara que está enamorado de su hermana y que por ese motivo decidió terminar con ella.
Tras leer la carta, escrita a mano por Jack, ella no podía reprimir el llanto y la tristeza. Aunque teniendo en cuenta la magnitud de la noticia, su reacción fue bastante decente, e incluso astuta. Leía y leía la carta, y aun así no conseguía entender cómo podía Jack dirigirse así hacia la que, durante tantos años, había sido su esposa. Como cualquier otra persona, ella se merecía un final digno, y una conversación cara a cara, en persona.
Laura tardó varios días en llegar a la conclusión de que estar con un hombre así de cobarde no merecía la pena. Se culpaba por no haber imaginado que algo así podía pasar, pero la falta de comunicación en la pareja era culpa de los dos. Después de muchos días Laura se decidió a informarle que aquel día, cuando encontró la carta ella le llevaba una sorpresa, la sorpresa era que acababa de ganar la lotería. El hombre al enterarse no supo que hacer sólo agachó la cabeza. La mujer se puso de pie diciéndole las últimas palabras: “Vete con mi hermana y se feliz yo seré la mujer más rica y también estaré feliz”.
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