En todos los ámbitos del gobierno de Veracruz el nepotismo se volvió un lugar común. Ya lo dijo el diputado Magdaleno Rosales, era práctica común en os gobiernos anteriores, pues por qué Morena no habría de aprovecharse de eso. Si hay un rey del nepotismo en Veracruz, ese es Cuitláhuac García, quien puso a su primo hermano Eleazar Guerrero a manejar los recursos del estado, cosa que en un principio negó de manera rotunda hasta que Libertad bajo Palabra lo demostró yendo a desenterrar a su abuela a Tlatlauquitepec.
Si hay una reina del nepotismo esa es Rosalinda Galindo, que metió literalmente a toda su parentela en las diferentes nóminas que controla Morena. Ahora surgen evidencias de que en el Congreso el nepotismo es práctica común. El mismo secretario de la Junta de Coordinación Política, el que mueve los recursos en el Congreso, ha colocado a discreción a sus parientes. Pero eso ocurre en todas las dependencias, donde se intercambian parentela para que no parezca un nepotismo demasiado descarado.
¿Por qué cunde el nepotismo en Veracruz? Porque el gobernado Cuitláhuac García puso el ejemplo, porque él dio pie para que todos metan a su parentela, dado que el gobernador no tiene cara para hacerles ningún reclamo. Lo dicho, Veracruz se ha convertido en el paraíso del nepotismo de la Cuarta Transformación.
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