Ha habido mordidas, piquetes de ojos, patadas, zancadillas y madrazos. Si usted piensa que estamos hablando de una lucha de la Triple A, está equivocado. Estamos hablando de la renovación de la presidencia y de la secretaría de Morena, el partido que usó el presidente para llegar a la silla presidencial. Resulta que el día de hoy jueves 8 de octubre termina la contienda por encuestas, misma que en la primera etapa, el histórico Porfirio Muñoz Ledo le sacó a Mario Delgado una holgada ventaja de 20 puntos. Este próximo sábado, finalmente los morenos tendrán un nuevo presidente.
Y es que, ya llevan más de un año y no han logrado ponerse de acuerdo, razón por la cual la autoridad electoral tomó cartas en el asunto. Lo que complica la elección son precisamente los intereses que se encuentra atrás de esta elección interna. La mayoría de los militantes morenistas saben que se está jugando la candidatura presidencial para el 2024. Por un lado, ubican a Mario Delgado y Marcelo Ebrard, y por el otro a Porfirio Muñoz Ledo y Claudia Sheinbaum.
En otras palabras, es la lucha por el poder absoluto y plenipotenciario; las causas sociales y los pobres, en este momento no cuentan; lo que cuentan son los motivos y los motivos son el ganar la elección interna para poder poner al sucesor del actual presidente en el 2024. Esa es la realidad que actualmente vive Morena. Ojalá y que ese canibalismo descarnado no lo empuje a seguir las pisadas del otrora poderoso partido del Sol azteca.
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