Arturo Reyes Isidoro / “¿Cómo llamarle a la actitud asumida por las autoridades de salud estatal que se niegan a recibir una campana oncológica de la que se carece en el Hospital Pediátrico de Veracruz (Torre Pediátrica) solo porque la compró y la donó el presidente municipal del puerto, Fernando Yunes Márquez?
Las enfermedades y su urgente atención y alivio no conocen de banderías políticas, de siglas y colores, y un gobierno responsable no debe anteponer sus fobias a sus enemigos políticos a la salud y a la vida de niños y adolescentes que están en verdadero riesgo, en el caso del que me ocupo.
A inicios de mes tuvo lugar una protesta pública de las madres de los pacientes menores de edad luego de que durante diez días, sí, ¡durante diez días!, estuvieron sin tratamiento ya que la campana oncológica que había dejó de funcionar. Sin quimioterapias, se quejaron las afectadas, sus hijos podían morir.
El 9 de octubre, el secretario de Salud Roberto Ramos Alor reconoció que, en efecto, la campana de flujo laminar que se tenía no cumplía con los estándares de seguridad requeridos y que una nueva tardaría en llegar entre cien y ciento cincuenta días, entre tres y cinco meses, o sea, hasta el próximo año.
Para esa fecha los menores, unos cincuenta, ya llevaban diez días sin atención y quién sabe cuánto tiempo más hubieran estado sin ella si no hubieran salido las madres a protestar pero, sobre todo, si no hubiera ofrecido el alcalde jarocho solucionar el problema comprando una de inmediato. Y lo cumplió.
Pero resulta que el director del hospital, Sócrates Gutiérrez Castro, y el secretario Ramos Alor se niegan a atenderlas para que autoricen la recepción del equipo y se proceda a su colocación, equipo que el Gobierno del Estado no pudo comprar de inmediato.
Con tal de no recibirlo, solo porque lo compró y lo donó el alcalde porteño, provisionalmente se apoyan en el Hospital Regional del ISSSTE de Veracruz, aunque las madres argumentan que en el traslado de las quimioterapias se corre el riesgo de que se contaminen, lo que afectaría a sus pacientes.
¿Qué diría cualquier funcionario si estuviera en la situación de los padres afectados? A los hospitales públicos van quienes no tienen recursos para pagar tratamientos en hospitales privados, donde son muy caros, pero no pueden ser rehenes de pleitos políticos ni aceptar que se ponga en riesgo la vida de sus seres queridos porque quienes deben solucionar odian al enemigo.
¿Cómo llamarle al gobierno que le da la espalda a la solución de un problema donde está en juego la vida de muchas personas? Sin duda, lo distingue la insensibilidad ante el dolor y el sufrimiento ajeno, la falta de solidaridad con familias angustiadas y necesitadas. Ni cuando les han resuelto un problema tienen la valentía y la humildad para reconocerlo.
El secretario de Salud debe ser llevado ante tribunales por politizar un problema de salud, para que responda por el atentado que está cometiendo en agravio de niños y adolescentes con quienes lo menos que se puede ser es ser solidarios”.
Valiente oncólogo enfrenta al gobierno
Lector, el texto anterior lo publiqué el 23 de octubre de 2019, hace un año, y lo retomo porque tiene plena vigencia. El problema de los niños con cáncer en el Hospital Pediátrico de Veracruz persiste e incluso se ha agravado y es indignante e imperdonable que el Gobierno del Estado en lugar de resultados ofrezca solo pretextos sin sustento alguno.
Esta vez, en forma decidida, valiente, como nunca antes se había visto en el sector salud del Estado, mostrando sus credenciales que lo identifican plenamente, el médico pediatra oncólogo, Sergio Miguel Gómez Dorantes, ya no resistió ver el dolor humano y la madrugada del 2 de octubre grabó un video donde denunció el horror que se vive en la también conocida como Torre Pediátrica.
Visiblemente agobiado expuso que llevan seis meses pidiendo quimioterapias pero señaló que en Xalapa y en la Federación hacen oídos sordos y no “sueltan la lana”, por lo que “no hay nada que se pueda hacer”.
Dio a conocer que no hay medicamentos ni nada que ofrecer a los niños enfermos. Lamentó la muerte de un menor e informó que otro había recaído. Expuso que hay cuarenta pequeños pacientes, quince recientemente diagnosticados con leucemia “y no tengo nada que ofrecerles”. Comentó que han tenido que hacer “milagros y empatar frascos para ver qué medicamento es compatible con su enfermedad”.
Criticó que además cerraron la atención a los pequeños con problemas de cáncer en Poza Rica, en Río Blanco y en Coatzacoalcos, y que en el Centro Estatal de Cancerología (CECAN) de Xalapa hay treinta pacientes en lista de espera, mientras que en el Hospital Regional de Veracruz siguen llegando infantes con esas patologías pero hay desabasto de medicamentos.
Sin titubeos, manifestó: “Si saben hacer su trabajo, háganlo. Si no dejen que otros lo hagan”. Al informar que junto con los padres de los niños empezarían a buscar recursos y medicamentos, expresó: “vamos a empezar a trabajar para sacar dinero”, y dirigiéndose a las autoridades comentó: “si ustedes no pueden no se preocupen, nosotros sí podemos, nada más quítense del camino, en serio, quítense del camino”.
Informando dónde se le puede localizar en el Hospital Regional de Veracruz y advirtiendo que le puede pasar “algo” por hacer la denuncia, soltó: “no es un honor morir a causa de López Obrador”. Criticó que “hay muchísimos niños con cáncer y enfermos de otras patologías”, mientras que “el dinero que iba a invertir en ellos se los está regalando a ‘ninis’, a proyectos que no tienen futuro”. “Un niño con cáncer tiene futuro, un niño con cáncer se puede curar”.
“Voy a llegar hasta donde tenga que llegar. El niño con cáncer tiene derechos y tiene derecho a la vida. Si no lo quieren ver López, ni Lopitos, ni Ramos Alor, ni Cuitláhuac, no es mi problema. Mi problema es que yo les doy la cara a los pacientes, yo soy responsable de los pacientes y yo los veo morir. Si ustedes no quieren hacer nada, ¡quítense de en medio, suficiente daño han hecho!”.
Le responden y los desmiente
Ante su denuncia, el secretario de Salud, Roberto Ramos Alor, secundado por el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, culpó del desabasto a las compañias farmacéuticas, pero el oncólogo Gómez Dorantes les volvió a responder, desmintiéndolos.
En otro video dijo: “Me sorprende la declaración del doctor Ramos Alor, donde dice que la falta de medicamentos en México es por culpa de la industria farmacéutica… lo que hasta cierto punto no entiendo es que uno de los medicamentos que hace falta es precisamente el L-asparaginasa, y el día de ayer me hablaron de Sanfer y me ofrecieron todas las ámpulas que quiera, a un precio muy competitivo, en mil 100 pesos cada una”.
Aprovechó para preguntar: “Entonces, si no hay desabasto de medicamento, ¿se podrán ya pagar los inmunogenotipos que tengo pendientes?, ¿podré mandar a hacer las resonancias magnéticas de las niñas con tumores de sistema nervioso central, que todavía no sé cómo esté su cabeza?, ¿podré mandar hacer las resonancias magnéticas de la niña que tiene osteosarcoma en la nariz?”.
Calla la Comisión de Salud del Congreso local
Ante la valiente denuncia del oncólogo Gómez Dorantes, la Comisión de Salud y Asistencia del Congreso local ha guardado silencio y ni siquiera le ha expresado su respaldo al médico especialista, ya ni se diga que apoye su reclamo.
Y pensar que todos estos pretenden seguir gobernando y eliminaron de la Constitución Política local la revocación de mandato.
Por la responsabilidad social que me toca, al médico Sergio Miguel Gómez Dorantes mi más amplio reconocimiento por su valor civil, por su alto sentido ético y mi total apoyo y solidaridad a su trabajo en favor de los niños con cáncer. Honra, qué duda cabe, a la comunidad médica de Veracruz.
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