Irineo Domínguez Méndez / Por órdenes de ¿quien se sabe quién? 17 representantes “impopulares”, más o menos (menos que más porque pueden brincar otra vez) han brindado apoyo a diferentes candidatos que desean presidir MORENA. Últimamente y después de la visita de AMLO al Estado, se les ve en fotografías, que circulan en internet, apoyando a Yeidckol Polevnsky, antes se desvelaban por Mario Delgado, después por Porfirio Muñoz Ledo. Resulta curioso que estos representantes puedan presumir que “su apoyo” beneficie a algún candidato; pues, obtuvieron su curul gracias a AMLO y a la maldita suerte que padecen millones de veracruzanos, por salir insaculados en la “tómbola”; pero apoyo ciudadano no tienen, son completamente desconocidos, por eso solo se representan a sí mismos.
A no ser por la orden, presumiblemente proveniente de palacio de gobierno, los “impopulares” representantes seguirían sumidos en el anonimato. Quienes han llegado a conocerlos opinan que en vez de sumar, restan. Algunos analistas opinan que sus “brincos”, por dejar a Mario Delgado, se deben a las declaraciones de éste, quien propone se siga la línea democrática trazada por AMLO: “el pueblo pone, el pueblo quita”; por eso señaló la omisión de la revocación de mandato en la reforma electoral; figura a la que parece temen “los representantes impopulares y el gober”.
Es casi nula la diferencia de conductas desplegadas por los aspirantes a la presidencia de MORENA. Mario Delgado “plantea” que el pueblo y la militancia decidan todo tipo de candidaturas; sin embargo, no menciona el antecedente que se contrapone a su propuesta; por ejemplo, la elección de candidatos en el 2017, la cual fue apropiada por grupúsculos del Estado y del País; en otras palabras, propone actuar diferente únicamente si gana. “Los acuerdos” mataron al Estatuto y a las legítimas aspiraciones de miles de morenistas. Porfirio también guardó silencio ominoso al respecto; inclusive, pudo haber sugerido un cambio en el Estatuto que permitiera se cumpliera el principio democrático impulsado por AMLO, pero, prefirió callar, al igual que la mayoría de diputados que le apoya; lo mismo hizo al no manifestarse en contra del incumplimiento estatutario y mandato judicial para realizar la renovación de la estructura orgánica del partido. Yeidckol es una de los artífices de los descalabros de MORENA en el año 2017, principalmente de los efectos negativos en Veracruz. Aliada con el delegado federal, en ese entonces presidente estatal del partido, socavó las irregularidades de éste y del actual gobernador, quien había perdido la elección de 2016.
Cualquiera que gane incumplirá los deseos de los “impopulares representantes chapulines”; eso sí, existe mayor posibilidad de que se decidan por Polevnsky; pues, fue quien solapó sus candidaturas. Las aspiraciones de reelección que tienen la mayoría de ellos son tan legítimas como pocas sus posibilidades de alcanzarlas. Las bases están decepcionadas y se preparan para asaltar el poder, teniendo como arma el Estatuto del partido. El trabajo de “tierra” está muy avanzado, ya nadie podrá detener los liderazgos regionales, so pena de judicializar los procesos electivos y de sufrir descalabros. Lo primero en virtud de defender la legalidad, la institucionalidad de sus normas y lo segundo, porque, de ser defraudados con encuestas “patito”, serán capaces hasta de tomar la plaza Lerdo, si es que no lo hacen antes.
Calidad moral solo existe en los militantes de abajo; son ellos los que tienen oportunidad de emerger y representar el cambio verdadero. Ser protagonistas requiere perseverancia, tenacidad y valor. Practicar los principios de AMLO y MORENA: no mentir, no robar y no traicionar, requiere de nuevas personas ejerciendo el poder. La ambición y corrupción ya permea entre los gobernantes de Veracruz, por eso la 4T está resultando un 4te. Por eso AMLO ha dicho que es mucho pueblo para tan poco dirigente; significando que ninguno de los aspirantes tiene los tamaños y calidad moral para dirigir a MORENA.
Otro sí digo. – El gober debiera ser el más morenista institucional, pero prefiere lo contrario. Está en una burbuja.
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