Una lección de civilidad política la que el presidente López Obrador le dio al gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García. Se sabe, y lo hemos reportado puntualmente, que cuando el gobernador lleva a cabo sus reuniones de seguridad en algún municipio veracruzano, suele no invitar a los alcaldes de esos municipios. Pero no sólo a reuniones de seguridad. La verdad es que el gobernador visita en muy pocas ocasiones algún municipio veracruzano. López Obrador, que visita cada fin de semana los diferentes estados de la República, siempre tiene en su presídium al gobernador anfitrión, lo mismo que al alcalde.
Así lo hizo en el puerto de Veracruz, donde estuvo acompañado del gobernador Cuitláhuac García, de algunos funcionarios federales y del alcalde porteño Fernando Yunes. El ayuntamiento de Veracruz destacó en su boletín de prensa las palabras del presidente de México: «Podemos tener diferencias partidistas, pero cuando se gobierna, tenemos que hacerlo por el bien del pueblo y la nación».
Una buena lección para Cuitláhuac García. Lo malo es que el alumno Cuitláhuac García es tan “burro”, que en nepotismo sacó “0”; en combate a la corrupción “0”; en medidas para combatir el “0”. Por lo mismo, no se espera que en civilidad política saque una calificación aprobatoria.
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