En la entrada del museo quedaron todos los manifestantes que le dieron la bienvenida. Grupos de Coatepec que defienden la invasión de la zona boscosa, integrantes de la comunidad Lésbico-Gay y otros grupos que apoyan a su gobierno. A la hora de su entrada al Museo de Ciencia, manifestantes que protestaban trataron de detener el vehículo donde viajaba.
Se ponían enfrente esperando que eso detuviera el vehículo, pero no; lento, precavido, pero el vehículo seguía su marcha. Los gritos arreciaban: «La tierra no se vende se honra y se defiende», «Coatepec lo necesita». Frustrada una mujer, al ver que el vehículo no se detenía, le gritó: «A qué veniste jijo de la chingada si no te quieren los pendejos». Ni a esa mujer escuchó el presidente, porque el presidente ya no escucha más que su propia voz.