De acuerdo con el programa de la visita del presidente de México, se advierte que vino para evaluar los programas sociales de Bienestar. ¿Y quién es el encargado de los programas de Bienestar en el estado de Veracruz? Pues Manuel Huerta, el súper delegado. Entonces, ¿por qué no estuvo Manuel Huerta en el presídium que se puso en el Museo de Ciencia y Tecnología de Xalapa? En el presídium estuvo acompañado del gobernador de Veracruz y de Luisa María Alcalde, secretaría del Trabajo, además de otros funcionarios federales. Pero el súper delegado Manuel Huerta no estuvo ahí.
Antes bien, Manuel Huerta se tuvo que conformar con escuchar al presidente de México atrás de dos vallas que pusieron para que nadie se acercara al primer mandatario. ¿Cuál fue la razón de ese desdén? ¿Tendrán que ver las acusaciones de acoso que el delegado tiene pendientes en la Fiscalía General de Veracruz? ¿Sería una cortesía para Luisa María Alcalde, para que la joven funcionaria no se sintiera incómoda?
¿Sería que el gobernador no recomendó a Manuel Huerta para que se sentara en presídium pues ya se enteró que Manuel Huerta no comulga con su estulticia? Lo que haya sido, Manuel Huerta estuvo muy alejado del presidente de México, cuando la persona más cercana al presidente en Veracruz debería ser él; Manuel Huerta debería estarle pasando a la oficina del presidente todo el desmadre que ocurre en Veracruz. Si no lo ha puesto al tanto y a pesar de eso lo desdeñan, merecido se lo tiene.
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