Irineo Domínguez Méndez / ¡Sigue la mata dando! Ni tardo ni perezoso, el gober se fue contra su partido; desconoció a quienes le llevaron al puesto donde está. Primero, acepta el liderazgo de Gonzalo Vicencio Flores en calidad de Secretario General en Funciones de Presidente del Comité Ejecutivo Estatal y lo invita a realizar una guardia de honor al padre de la patria; sin embargo, la realizaron sus exempleados y exintegrantes de ese Comité. Segundo, agrede al senador Ricardo Ahued, porque éste denuncia que la CFE y la SCT incumplen en dar mantenimiento a los caminos que servirían de salidas de emergencia en caso de alguna conflagración en la Central Nucleoeléctrica de Laguna Verde. Con ello declara la guerra abiertamente a la base morenista. ¡El Estatuto vale madres, lo que importa es el poder! Si señoras y señores, hagan su apuesta, ¿Quién ganará, la institucionalidad o la corrupción?
El poder se lo disputan dos tribus de Morena en Veracruz: la encabezada por el gober y la otra por el superdelegado. No puede calificarse igual a quienes apoyan a Gonzalo Vicencio Flores y representan la mayoría institucional y que son los delegados y/o consejeros estatales. La base orgánica de Morena, jugando el papel de David, se enfrenta a dos Goliats de la “alta élite morenista”. Los primeros quieren tomar el mando del partido a cualquier precio; se dice que su deseo único es permanecer en el poder y quieren hacerlo imponiendo candidatos en el 2021. El tercero, la base, quiere un proceso democrático para elegir sus candidatos; algo así como: “que el pueblo decida”.
En el proceso del 2017 sucedió lo mismo; las bases comentan que fueron ignoradas por Huerta en todo el proceso interno electivo; que sus derechos fueron violentados desde que se inscribieron como precandidatos; ninguno de ellos recibió acuse de recibo al entregar documentación que cubría los requisitos requeridos para participar como precandidatos. Ni fotos pudieron tomar, pues, se les impidió pasar a las mesas de registro con celular. Quedaron en total estado de indefensión; la Comisión de (des)honestidad y (in)justicia fue y es aliada de la corrupción.
El miércoles pasado, el gobierno se burló de la estructura orgánica de su partido al “mandar” a sus exempleados realizaran la guardia de honor comentada. Haciendo el ridículo, muestran ignorancia del Estatuto que rige a Morena o, en su caso, se lo pasan por el arco del triunfo; saben que el representante legal de Morena en Veracruz es Gonzalo Vicencio. Si el gober no respeta el Estatuto de su partido ¿creen que respeta las leyes constitucionales?
Pa´cabarla de joder, el gober abre otro frente de guerra: al erigirse en defensor de la SCT y la CFE, se lanza contra el senador Ricardo Ahued, ¡el más fiel representante del pueblo veracruzano en el Congreso de la Unión! y quien señala corruptelas de esas secretarías FEDERALES que afectan la vida de miles de veracruzanos, las cuales tienen obligación de cumplir con procedimientos de seguridad que protejan la vida de familias que viven alrededor de la planta nucleoeléctrica de Laguna Verde.
El senador no se refirió al gobierno local en ningún momento; sin embargo, el gober dio la indicación de atacarlo; soslayando que ataca al mejor representante de los intereses veracruzanos; seguramente porque será el próximo gobernador. Con tal conducta lo engrandece más. A la crítica en contra de la SCT se sumó la diputada federal veracruzana Tania Cruz Santos, quien señaló que de 26 licitaciones ninguna ganaron las compañías veracruzanas, presumiblemente por estar amañadas. De esto el gober no dijo ni pio.
Por si fuese insuficiente la crítica que señala el bajo desempeño del gobierno local, el diputado federal de Morena: Ricardo Delsol Estrada, de San Luis Potosí, en su visita al Estado declaró la existencia de un subejercicio de más de 1,300 MDP. Ojalá no sea cierto, pues, se repetiría lo del año pasado. Las necesidades de Veracruz son tantas que sería otra burla para el pueblo.
Entender el juego político que desde palacio de gobierno se gesta para enfrentar el próximo proceso electoral no es fácil; pero tampoco imposible. El gober quiere posesionar “a alguien” de su equipo para que lo sustituya en el 2025 y, emulando a sus antecesores, encubra cualquier falla; para ello, utiliza el aparato gubernamental en contra del Gonzalo Vicencio y trata de impulsar a uno de sus exempleados para que ocupe el lugar de Gonzalo. El delegado federal le tira a una de dos posiciones: la senaduría o la gubernatura; para alcanzar su objetivo se vale de los programas sociales y de los “siervos de la nación”, léase sus empleados. El líder estatal de Morena le apuesta a que la militancia decida y se empoderen liderazgos regionales; sin embargo, puede quedarse chiflando en la loma si no toma medidas más apremiantes para defender la institucionalidad del partido.
La oposición guarda silencio, esperando ver quién gana en esta guerra intestina de Morena; a pesar de que, se presume, fue el gobierno el provocó la pelea entre Rementería y el presidente municipal de Veracruz.
Otro sí digo. – Morena se “aperredó” y, de llegar dividido al proceso del 2021, el PAN-PRI-PRD los vencerá.
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