Los resultados de las elecciones del 2021 serán el termómetro que determinará si la relación de Andrés Manuel López Obrador y Cuitláhuac García sigue siendo como luna de miel. Los resultados adversos podría ser la tumba política del hijo del profe Atanasio. Todos saben que el tabasqueño es un hombre de resultados y si éste no encuentra buenas cuentas, tenga por seguro que su bendición se convertirá en maldición. No por algo, el presidente ha hecho ya una costumbre viajar a cada rato al estado de Veracruz, casi con cualquier pretexto.
No olvidemos que se renovarán las 212 alcaldías y el Congreso local y, siendo honestos, los alcaldes de las ciudades más importantes del estado han quedado a deber. Como muestra ahí está la ciudad de Coatzacoalcos, donde el alcalde ha sido un claro ejemplo de ineptitud. Y qué decir de la propia capital del estado, donde la ciudad luce sucia y descuidada y cualquier ciudadano está a merced de la delincuencia organizada.
Si los morenos son inteligentes y honestos, ya deberían dar por perdidos esos dos municipios. De manera que suena muy difícil que, con esas referencias, los candidatos de Morena puedan ganar Veracruz puerto y Boca del Río. En ese contexto, viene nuevamente el mandamás de la 4T ha apapachar al que consideró un hombre bueno y honesto. Ojalá y que el presidente sea más mesurado con su lisonja y le jale las orejas a los funcionarios que no están dando resultados.
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