El caso llenó de indignación a muchas personas debido a que las menores, aparte de ser obligadas a trabajar de 6 de la mañana a 8 de la noche, laboraban sin comer. Elvira les prohibía a sus hijas que comieran durante el trascurso del día. Además de esto las niñas sufrían violencia física pues su madre les daba brutales golpizas.
Las ganancias que generaban las menores eran entregadas completamente a su madre y si les faltaba algún peso, ella les daba lo doble de fuerte con un cable. Tras darse a conocer el caso las autoridades indagaron hasta dar con las menores y una vez que las detectaron buscaron a su madre quien finalmente fue vinculada a proceso por el delito de trata de personas por trabajos forzados y violencia física.