Al parecer para la CNDH la crisis no existe. Pero aún así, llama la atención que en una oficina de gobierno haya este tipo de despensas y alimentos. En una oficina es cierto, puede haber café, galletas, crema en polvo y hasta pan para hacer un sándwich. Pero en la CNDH tenían una cantidad de despensa como para armar una buena bacanal.
«Para que le echen un ojo para que vean en lo que se van nuestros impuestos. Tenemos a nuestras instituciones bien alimentadas, mientras hay un chingo de gente muriéndose de hambre… Son muy delicados y piden sus cortecitos de carne, de pescadito», denunciaron los familiares de desaparecidos. Y Remataron: «Y los niños ni qué comer. Vean a estos culeros, como puercos tragan».