La casa encuestadora de Roy Campos coloca al gobernador de Veracruz en el lugar 30 de 32 estados, con un 32.7 por ciento de aprobación; el mes anterior estuvo en un 30.2 por ciento. Y es que ni cómo ayudar a un gobernador que apenas abre la boca, flatula.
Su más reciente pifia verbal fue ponerse del lado de Érick Cisneros, quien amenazó al periódico El Dictamen, y en lugar de mediar o poner orden en el tema, soltó flatulencias verbales avisando que hay medios que tratan de extorsionar a su gobierno; eso sí, no dio ningún dato ni nombre de los medios que buscan extorsionarlo. ¡Así no se puede! Vale mencionar que el gobernador ha tratado de mantener silencio, un silencio que le va muy bien. Sin embargo, en su ausencia hasta el Bola 8 ocupa la silla que le corresponde. A este gobernador, ya nadie lo respeta.