Ya no hay guardaditos

Andrés Manuel López Obrador y Arturo Herrera FOTO: WEB
- en Opinión

Jorge Flores Martínez / Vamos a enfrentar el próximo año sin los guardaditos que dejaron los corruptos neoliberales, ya no hay un peso de los fondos para contingencias ni en los fideicomisos que existían en el régimen anterior derrochador y ladrón.

Los varios cientos de miles de millones de pesos de los fondos para contingencias y los miles de millones de los fideicomisos ya se acabaron, fueron utilizados en pagar a los tenedores de los bonos para cancelar la construcción un aeropuerto que ya estaba perfectamente financiado y el gobierno decidió borrar sin mayor miramiento.

Esos cientos de miles de millones de pesos se utilizaron en rescatar Pemex. Esa empresa de todos los mexicanos que solo disfrutan los líderes sindicales y los políticos corruptos, pero los demás tenemos que pagar su legendaria corrupción e incompetencia. Tenemos que rescatarla porque nos dicen que representa la soberanía nacional, así dejemos nuestra salud y la educación de nuestros hijos en prenda.

Pagaremos miles y miles de millones de pesos en una refinería absurda, que solo tiene viabilidad en la imaginación insensata del presidente. Construimos una refinería en pleno proceso de cambio energético global, justo cuando la humanidad deja los combustibles fósiles por sucios y malos para la salud, en nuestro país apostamos por más suciedad, más contaminación y peor salud.

Vamos a gastar varios cientos de miles de millones de pesos en un tren en la selva, un trenecito que empieza y termina a las puertas del rancho de nuestro presidente y que la iniciativa privada no vio como negocio viable, pero los mexicanos le entramos, porque en eso de perder carretadas de dinero en caprichos absurdos somos los primeros entre los primeros.

Ya no tenemos dinero para contingencias porque nos los gastamos en construir sucursales del Banco del Bienestar en donde sea y como sea, no importa, el presidente así lo ordenó y en este país de obedientes nadie puede contradecir a un presidente.

No sabemos como hacerle el año que entra porque nos gastamos cientos de miles de millones de pesos en un aeropuerto en Santa Lucía que construye el ejercito. No importa si al final de la pista hay un cerro o en las excavaciones se han encontrado restos prehispánicos y más de 60 mamuts y otras especies prehistóricas. Pero construimos un aeropuerto que no va a servir de mucho, pero es orden del presidente y no le hace que nos gastemos el dinero a lo tonto.

Ya no tenemos guardaditos para nada, solo nos resta pedirle a la Virgen o a quien usted lleve el gusto, que lo que resta del año y el próximo, no se presente un huracán devastador o un terremoto que nos robe el alma y el sueño.

Dice el secretario de hacienda que ya se acabaron los guardaditos, como si estos así nomas y sin más, se hubieran acabado solitos. Siento contradecirlo, no se acabaron, se los gastaron en caprichos y necedades sin sentido.

Antes con los corruptos todo estaba mal, pero había guardaditos para tiempos difíciles, para comprar medicinas para los niños con cáncer y muchas otras cosas más.

Se acabaron los guardaditos, se los gastaron en pura estupidez.

Porque en medicinas para los niños con cáncer o en educación para nuestros niños y jóvenes no los ocuparon.

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