Los del PRI chamaquearon a Gerardo Fernández Noroña, quien mostró sus cartas antes de que el juego empezara. Pensó que importando diputados escoria el Partido del Trabajo podría llegar a ser la tercera fuerza legislativa y con ello acceder a la Presidencia de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados. El PRI, mientras Noroña hacía sus enjuagues ni se movió. La tarde de este lunes 31 de agosto, día de la votación, el PRI subió con cuatro diputados más para sumar 50 y ya no hubo manera de quitarle la Presidencia de la Mesa Directiva. Aparte, el mismo López Obrador abofeteó muy temprano la intención de Noroña y puso al descubierto sus ambiciones viles.
Del plato a la boca se le cayó la sopa a Gerardo Fernández Noroña, quien, como dijeran los clásicos, ahora «llora como mujer lo que no pudo defender como hombre». En un mensaje de Twitter el diputado del PT anotó: «Dije en la rueda de prensa: ‘Mi general, si ya tengo tomada la plaza, ¿por qué quiere que se la entregue a los conservadores?».
Gerardo Fernández Noroña se ha convertido en un diputado esperpento, llenó de incongruencias y lo que es peor, ha mostrado que su apetito no tiene escrúpulos y sus ambiciones no se rigen ni por la moral ni por la ética. Ya se anunció que Dulce María Sauri será la Presidenta de la Cámara de Diputados, y el PT, caprichoso, que no propuso a nadie, se quedó como el chinito, «nomás milando».
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