Pero Éric Cisneros, en lugar de utilizar la palabra para argumentar, la utiliza para amenazar; tal es la impotencia del ignorante, la impotencia del cobarde. No extraña entonces que el secretario de Gobierno, por medio de Ana Volga Moreno Escalante del Centro de Análisis y Perspectiva Política, contrate mercenarios para atacar a los periodistas críticos; su cobardía es la de aquel que lanza la piedra y esconde la mano.
Pero eso no sucedería si el gobernador Cuitláhuac García, en lugar de tolerar los exabruptos de su empleado, lo pusiera en cintura. Pero no lo hace Cuitláhuac porque queda claro que el gobernador no es una autoridad legítima en Veracruz. Dejar que el nepotismo impere es lo que deslegitimó a Cuitláhuac García, y la vergüenza que le provoca eso le impide ser una autoridad ante sus subalternos.