Quienes gobiernan Veracruz se han convertido en una mafia, una pandilla de torpes delincuentes que se hicieron del control de los poderes del estado para hacer lo que les venga en gana. Fue por ello que la Fiscalía espuria pudo detener a José Alfredo López Carreto, alcalde suplente de Actopan, lo acusaron falsamente, un juez se presto para retirarle sus derechos electorales y dejarlo en libertad. Todos cumplieron su cometido.
López Carreto exige que se cumpla la ley, exige que le den posesión como alcalde legítimo de Actopan. Pero el gobierno de Veracruz se niega a hacerlo, porque han tomado control de “la plaza”, como dice la periodista Claudia Guerrero, y porque ya el diputado Gómez Cazarín ha empezado a llevar a cabo obras con los contratos para sus constructoras.
El asunto es grave, pues la detención de manera arbitraria de López Carreto es un mensaje que va dirigido a cualquier actor político, funcionario público, periodista o ciudadano común, donde el gobierno de Cuitláhuac García deja muy claro que piensan usar cualquier artimaña para detener a quienes se opongan a este gobierno corrupto, nepotista y represor.
Nos damos cuenta también que a este gobierno ya no le preocupa el descrédito; nos damos cuenta también de que López Obrador mintió cuando dijo que en el país se acababan las prácticas del pasado. Todo sigue igual, sino es que peor.
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