Salvador Muñoz / Comentamos ayer que en los municipios de Veracruz y Boca del Río, los grupos que hay en Morena están trabajando en pos de ir por las alcaldías de sendas ciudades bajo un esquema simple: Unidad municipal… y ahí, por eso, se enfilan Rosa María Hernández Espejo y Ramón Alvarez, respectivamente. Muy diferente a lo que ocurre en la capital veracruzana, donde la disputa por la candidatura xalapeña se da en una especie de guerra de guerrillas políticas, golpes bajos, zancadillas y uno que otro piquete de ojo.
Lo interesante de esta disputa ateniense es que dentro de Morena, se tienen contempladas a tres mujeres: Ana Miriam Ferráez Centeno, Rosalinda Galindo Silva y Dorheny García Cayetano; las dos primeras, diputadas locales por la vía AMLOminal mientras que la tercera, legisladora federal por la Pluri.
Es broma lo de “AMLOminal”, al final, nadie les quita el triunfo a ambas diputadas y “aiga sido como aiga sido”, ¡ganaron! así digan que por el efecto López Obrador o por las siglas de Morena, o por ellas mismas, o por todas.
En los intestinos de Morena, hay quienes enfilan a Ana Miriam Ferráez como la candidata natural para competir por la presidencia municipal de Xalapa por ser la que más está impregnada en el colectivo social (con positivos y negativos) empezando desde la marca registrada que tiene por su apellido: Ferráez, y si a éste le agregamos la empresa radiofónica donde participa, le sumamos penetración. ¡Ah! Igual dicen que cuenta con el apoyo y respaldo de Juan Javier Gómez Cazarín, presidente de la Jucopo, y por ende, dicen, del secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos.
En el caso de Rosalinda Galindo Silva, hay quienes suponen que el impulso viene acompañado desde dos bandos: la regiduría donde despacha su esposo, el edil Juan de Dios Alvarado, su principal promotor; y la bandera de amistad y confianza que el Gobernador tiene y mantiene no sólo con la legisladora, sino hasta con la familia, pues Cuitláhuac García era de los bien recibido en la mesa de los Galindo antes de que fuera Gobernador.
Dorheny García Cayetano es un caso especial. Es de las Morenas que pugnan por espacios para los jóvenes de su partido. La juventud, su mayor virtud, es a la vez quizás su lado más débil… ella misma ha narrado una especie de discriminación hacia su persona por su condición juvenil tanto en eventos políticos como hasta en su incursión en el Congreso de la Unión… aunque en realidad, eso viene sobrando cuando el mayor apoyo lo tiene directamente del Gobernador, quien no se empacha cuantas veces sea necesario en demostrarlo, ya sea con el cuñado Elio Hernández Gutiérrez al frente de la SIOP; ya sea llevando a su hermana Aillet a una Magistratura en el Poder Judicial del Estado; ya sea encaminando a la joven Dorheny como potencial candidata a la alcaldía de Xalapa por Morena… ¡vamos! imaginen que se teje la leyenda de que llamó a determinados secretarios de despacho para “encargarles” todo el apoyo para García Cayetano por lo que se le ofrezca.
Así las cosas en Xalapa, donde los grupos no definen aún a su potencial candidato o candidata por la alcaldía de la Atenas Veracruzana, muy al contrario del Puerto y Boca del Río, donde todo se encamina para que lo sean Rosa María Hernández Espejo y Ramón Alvarez. Por supuesto, al interior de Morena en Xalapa, tienen en claro algo con respecto al asunto Dorheny y su probable candidatura enfilada por Cuitláhuac García Jiménez: una cosa es lo que ordena el Gobernador… otra, que le hagan caso.
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