Salvador Muñoz / El conflicto que se vive en el puerto jarocho que en primera instancia parece una pugna intestinal partidista a la que no se le ve fin y mucho menos una solución ¡ya alcanzó a Boca del Río! a tal grado que las causas de esta pugna por la candidatura en pos de la presidencia municipal del Puerto, para muchos, pueden parecer las calenturas naturales de cualquier ciudadano y también de cualquier militante de partido que sueña con gobernar su municipio, su ciudad… el asunto es cuando la confrontación por ser el ungido confronta a dos familias en donde ninguna de las dos pretende ceder ni un centímetro y no es para menos: por más de dos mil millones de presupuesto anual para llevar el beneficio, prosperidad, desarrollo a los veracruzanos, bien vale la pena la lucha.
Decíamos que esta pugna Yu-Ju (Yunes-Julen) ya se desbordó hasta alcanzar Boca del Río, donde el alcalde Humberto Alonso Morelli busca apuntalar a su gallo, el director de Desarrollo Social municipal, Jaime Enrique de la Garza Martínez, aunque por el otro lado, quien viene trabajando la plaza desde hace ya rato, es Juan Manuel de Unanue, quien además de ser visto como el candidato natural por el panismo local y estatal, entre los militantes de otros partidos, saben que es el rival a vencer…
El asunto es que mientras en el Puerto jarocho, la candidatura aparentemente no está segura para nadie, es decir, Bingen, Dunyaska, Marijosé o Indira, en Boca del Río, donde supuestamente está dada, ahora se corre el riesgo de caerse precisamente por la disputa Yu-Ju. ¿Por qué? Hay quienes consideran que el conflicto entre familias se puede resolver pidiendo mano la familia Yunes sobre el Puerto y cediendo que elijan el candidato por Boca del Río… sacrificando a Unanue, quien tendría que enfilar sus baterías hacia la curul federal.
Agregue la reciente re-aparición de Miguel Ángel Yunes Márquez por esos lares porteños y de inmediato hubo quienes abrieron de nuevo la posibilidad de que Chiquiyunes pudiera competir por la alcaldía, no la de Boca, sino la del Puerto… la conurbanidad se lo permite… la idea no es mala… tiene un apellido de “marca registrada”, es conocido, sabe el teje y maneje de la administración y presume su trabajo municipal cuando fue alcalde de Boca; aunque hay quienes entonces llevarían el reciente pasado electoral que vivió… ¡no tanto su derrota, no! Que dicho sea de paso, en cualquier otra circunstancia, sus votos fueron muy-muy buenos… referimos a lo que al inicio de estas líneas se ha comentado: el conflicto que hay en el Puerto por la candidatura a la alcaldía es entre familias, y entonces, en el 2018, el Gobernador “puso” a su hijo como candidato a sucederlo; y en el 2021, el hermano “pondría” a su carnal como candidato a sucederlo… mal fario.
Por supuesto, tirando esa propuesta, nos llevaría a que los Yunes colocarían en la candidatura del Puerto a un afín a ellos que está entre Marijosé Gamboa e Indira Rosales mientras Julen pugnaría porque fuera su hijo Bingen, y si el PAN buscara un equilibrio, por qué no pensar en Mariana Dunyaska… insisto: en una de ésas, Chiquiyunes “amarre” la pluri 1 ó 2, según se dé, para Diputado local, mientras Nando, igual, pero en la federal… pero no creo que eso deje contentos a los Rementería…
¿Verdad que no se le ve fin ni solución a este problema político entre los Yu-Ju?
Pues mientras son peras o perones, en Morena se tiene casi cantado a los candidatos por el Puerto y Boca, en los nombres de Rosa María Hernández Espejo y Ramón Álvarez, respectivamente. Una, reconocida periodista que podría junto con Anilú Ingram y Marijosé Gamboa, generar la contienda electoral del gremio periodístico… pero falta lo que siga Indira y Dunyaska; el otro, empresario gasolinero cuyas bombas estuvieron durante bastante rato en el país punteando con las gasolinas más baratas… algo queda claro al menos en el Puerto con Morena: a diferencia del PAN, la unidad en torno a sus precandidatos ya es un hecho y en este momento, eso es ventaja. Aquí, ni se comen entre ellos, ni hay pleitos de familias por un cargo… o presupuesto.