En el mes de enero la noticia del asesinato de seis menores de edad estremeció a todos en Panamá. Los asesinos pertenecían a una secta religiosa los cuales fueron detenidos. Tras una interrogación uno de los detenidos confesó que habían más de ellos y se encontraban situados en una aldea boscosa de casas de barro y techos de paja a la que sólo es posible llegar vía aérea en la comarca indígena Ngabé Buglé en Panamá. El detenido contó que en la aldea fue donde asesinaron a los niños.
Las autoridades comenzaron la búsqueda de dicha aldea bajo la orden del ministro de Seguridad, Juan Pino. La misión fue extremadamente dificultosa, señaló un oficial, pero al final lograron dar con la aldea descrita.
Cuando llegaron al lugar algunos integrantes se percataron de la presencia de los oficiales y escaparon, uno de estos escapó con un niño. En la aldea lograron detener a tres personas y rescataron a tres niños. En una casa los oficiales encontraron a un bebé de dos meses que, según los informes, fue arrebatado de las manos de su madre al nacer. El ministro señaló que no se detendrán hasta dar con todos los integrantes de esta secta; el objetivo principal es rescatar al niño que está en manos del hombre que escapó.
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