En un momento de la discusión el agente le pide que se orille, pero el conductor insiste en que no se va a orillar, porque no está bien que permitan que alguien circule en sentido contrario. Entonces el oficial le dice, «pero es el gobernador». Por supuesto, las leyes son aplicables a cualquier persona, sin importar el cargo, y las leyes de tránsito deben ser obedecidas sobre todo por los funcionarios públicos, cualquiera que sea su rango.
El conductor no se hizo a un lado, antes bien grabó el paso de la caravana de Miguel Barbosa. Al final el agente le pidió que se retirara, a lo que el conductor le dijo que, si consideraba que había hecho mal por circular en el sentido correcto, hasta mostró la flecha que indica el sentido de la calle, que entonces lo detuviera. Pero el agente no se atrevió.