La verdad es una buena noticia saber que México estará involucrado en la producción de la vacuna de AztraZeneca y de la Universidad de Oxford. Si la vacuna sólo será envasada en México es lo de menos; si el proyecto estará encabezado por la Fundación Slim, ¿cuál es el problema? El caso es que para noviembre de 2020 (no para mediados del 2021 como decían los más pesimistas) México podría tener a su disposición una vacuna que permita inmunizar a millones de mexicanos.
Si van primero los pobres, qué bueno, el caso es que no se lucre con la vacuna y se alivie un poco el dolor y sufrimiento que el coronavirus ha causado en México. Sin embargo, ¿nos olvidaremos de los 50 mil muertos que han ocurrido? ¿Haremos a un lado el pronóstico de otros 50 mil muertos, 100 mil en el peor de los casos?
No, no podemos. Ni el Gobierno Federal, muy responsable por esos muertos, ni la sociedad mexicana que en muchos casos no supo ser prudente y guardarse en casa el más tiempo posible. No podemos olvidarnos de los 50 mil muertos, porque esa cifra se va a multiplicar. No hemos salido de la crisis, apenas tenemos una esperanza a la que nos podemos aferrar. Mientras tanto, no debemos bajar la guardia.
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