El joven tenía planeado ir a una fiesta con sus amigos, pero cuando iba a la reunión el joven empezó acelerar el carro de tal manera que la policía lo detuvo por conducir con exceso de velocidad. Los oficiales se comunicaron con sus padres para enterarlos de lo ocurrido. Inmediatamente los padres del menor tomaron un vuelo de regreso a la ciudad de Phoenix, Arizona.
Tras escuchar los argumentos del adolescente y considerando que no era la primera vez que Ángel tenía problemas de conducta, su padre decidió echarlo a la calle y regalar todos los muebles de su habitación como castigo. Ángel se sentó afuera de su casa con un cartel que decía: “Disculpen, robé el auto de mis padres y al menos por un tiempo deberé dormir en la calle. Es raro, pero creo que es un castigo justo”.