En el gobierno de la Cuarta Transformación robar ya no es robar si devuelves lo que te has robado. Esta práctica entre políticos que roban y que acuerdan con las autoridades lo que han robado para no ser imputados es una verdadera aberración. Robar es robar, y aunque el individuo devuelva lo que robó, su acto debe ser castigado. Esto lo decimos porque de acuerdo con el periodista Carlos Loret de Mola, Emilio Lozoya piensa devolver dos casas que adquirió con el dinero que robó en Pemex.
Estas dos casas están ubicadas, una en el «fraccionamiento Lomas de Bezares de la alcaldía Miguel Hidalgo en la Ciudad de México, fue asegurada en mayo del año pasado bajo la acusación de que la obtuvo gracias a un arreglo corrupto con la constructora brasileña Odebrecht. Se ubica en la calle Ladera número 20, interior 11».
La otra casa es la que se encuentra en Ixtapa, en «Quinta del Mar, en la zona conocida como Contramar. Fue decomisada en julio de 2019 por la FGR. Está valuada en aproximadamente 2 millones de dólares y según las denuncias, habría sido fruto de un arreglo ilegal con la empresa Altos Hornos de México (AHMSA), cuyo dueño, Alonso Ancira, fue detenido en España el año pasado».
Vale señalar que la misma estrategia de redención la quiere aplicar Alonso Ancira de Altos Hornos de México, quien le vendió chatarra a Pemex en los tiempos de Lozoya y ahora ya quiere devolver parte del dinero que le dieron por su fierro viejo. Así es como se mueve la política en este país, con actos de aberrante perdón.
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