Sin embargo, la medida, que pretende disminuir la obesidad infantil, le pega duro a los comerciantes, quienes ya se quejaron ante los mismos diputados de Oaxaca, pues la venta de refrescos y de comida chatarra es lo que les deja mucha ganancia. Sin embargo, organismos internacionales como la Unicef, han celebrado esta prohibición.
Sin embargo, la medida debería ir más a fondo, pues finalmente se prohibirá la veta de refrescos a menores de edad, pero son los padres los que al final pondrán la “cocota” en la mesa a la hora de la comida, o le pondrán en el lunch al hijo un juguito Del Valle, o unas papas para la hora del recreo en la escuela. Esta pandemia nos ha sacudido y nos debe poner a pensar en la importancia de nuestra salud, por lo que no sólo los menores de edad, sino también los padres deberían ser educados en la materia de nutrición.