Salvador Muñoz / A lo mejor no se han dimensionado las palabras del presidente del Comité Directivo Estatal del PAN, Joaquín Guzmán Avilés, con respecto al proceder de los ocho diputados de la bancada azul cuando votaron a favor de los Magistrados del Gobernador Cuitláhuac García Jiménez. Permítame el lector repetirlas acá:
“Es un tema que se fue al Comité Ejecutivo Nacional y se verá a través de la Comisión de Orden y estaremos al pendiente que sean sancionados en lo que corresponde (…) es un acto que hicieron en lo personal y el Comité determinará la sanción correspondiente; por el momento, ya se envió la documentación”.
Partamos sus palabras en tres segmentos y empecemos por el final: “ya se envió la documentación”.
A ciencia cierta, uno desconoce qué documentos se haya enviado al CEN del PAN y Comisión correspondiente, pero no se necesita ser un genio para imaginar que debe ir en ello tanto la reciente actuación en la sesión pasada, como es seguro que debió enviarse el antecedente que rompe parte del primer segmento que se aborda en este momento: “es un acto que lo hicieron en lo personal”. Es decir, si me apura, ese voto que se dio a favor de los magistrados de Cuitláhuac es de esa “bancada alterna” que en un momento de la historia legislativa, vino a partirle la bancada al PAN, luego entonces, no parece un hecho “personal” de cada quien, de cada uno de los ocho diputados, sino un acto premeditado y si uno se descuida, “personal” en la acepción de “contra alguien”, que en este caso puede ser contra el jefe de Bancada, dirigente del partido, contra el partido mismo, o en el peor de los escenarios, contra la sociedad veracruzana al conceder con su voto, más poder al Poder…
El sentido del voto de los ocho diputados del PAN puede tener dos variantes:
La primera, apostando a la inocencia de quien escribe, suponiendo un berrinche contra el dirigente del PAN, el Chapito Guzmán o contra el jefe de bancada, Omar Miranda…
La segunda, el juego de intereses que se puede manejar para ganar un voto, donde no todo se puede arreglar con “cañonazos”, pero sí con pactos a futuro.
Ahora, si los ocho diputados del PAN que votaron a favor de los Magistrados del Gobernador tienen pruebas de algo turbio desde la dirigencia del PAN estatal, es seguro que las han de presentar…
Otro dato más: De los ocho diputados que apoyaron las propuestas, la mayoría podría tener aspiraciones a buscar la candidatura por la presidencia municipal de su terruño, como es Sergio Hernández Hernández (Xalapa), Juan Manuel de Unanue (Boca del Río), Montserrat Ortega (Tuxpan) y Marijosé Gamboa (Puerto); además de Ricardo Serna (Álamo), Marigraz Hernández (Misantla) y para no hacer de lado a nadie, Judith Pineda (Tantoyuca, pero queda claro que se agarró con Sansón a las patadas). En el caso de Chuy Martínez hay quienes apuestan a que buscaría ser candidata por el distrito de Martínez de la Torre… pero quién sabe…
Es aquí donde entra el tercer segmento que no es seguro que se dé, pero está dentro de las posibilidades ante un grupo panista “reincidente” que choca con su líder de bancada, con su dirigente estatal y contra el mismo partido: “estaremos al pendiente que sean sancionados en lo que corresponde”.
No sé qué sanciones haya al interior del PAN por las “faltas” cometidas por estos ocho diputados, pero ¿qué tal si hay algo así como “Inhabilitación de candidatura”? Insisto, no sé si exista eso o lo haya en el PAN, pero díganme, ¿qué sanción si no es la expulsión o inhabilitarlos de sus derechos partidistas, puede aplicarse en caso de que se resolviera que contravinieron los estatutos, principios e intereses del partido estos ocho diputados?
Ahora, también creo que el partido debe sopesar qué tanto ayuda esta situación que atraviesa el Grupo Legislativo y la dirigencia del PAN, sumado a tener en el CEN del blanquiazul un asunto que resolver con estos ocho diputados… ¡Exacto! En nada… algo se tiene que hacer y ya, porque la Oposición principal del partido en el Poder no puede iniciar un proceso de elecciones siendo Oposición de ella misma.
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