El aborto es uno de los temas más difíciles a tratar tanto en el ámbito político, social y religioso. Cada quien tiene su opinión, cada quien su postura. Algunos tienen buenos argumentos para buscar que el aborto sea legal, otros esgrimen argumentos sólidos para exigir que el aborto no se legalice. Algunos opinan desde su experiencia, otros desde la óptica de lo investigado. Hoy la Suprema Corte de Justicia rechazó un proyecto que pretendía obligar al Congreso de Veracruz para legalizar el aborto, esto a pesar de que ya hay una ley que reglamenta el aborto, que también lo criminaliza.
Criminalizar, ese es el verdadero problema, que una mujer que tome la decisión de interrumpir su embarazo sea tratada como criminal, es algo que muchos grupos de activistas no logran entender. Porque una persona puede no estar de acuerdo con que una mujer en pleno embarazo decida abortar, pero no se puede estar de acuerdo en que esa decisión la lleve a la cárcel.
La mujer que decide abortar clandestinamente pone en riesgo su vida, pero también su libertad. Es por ello que la Suprema Corte de Justicia, aunque en realidad no se pronunció a favor o en contra del aborto, ha sido reacia para mantener una postura definitiva. Por eso el debate seguirá por los siglos de los siglos, porque siempre habrá quien esté a favor y quien esté en contra.
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