La telenovela Lozoya

Emilio Lozoya Austin, José Antonio Meade Kuribreña y Ricardo Anaya Cortés FOTO: LOS POLÍTICOS VERACRUZ
- en Opinión

Brenda Caballero / No soy afecta a las telenovelas, pero la de Emilio Lozoya se ha puesto muy interesante. Desde que llegó al país ha generado una gran expectativa, cual flamante estreno, algo así como “La extradición”.

Primero, la versión de que llegaba al reclusorio en medio de tremendo operativo de seguridad, para que al final resultara enfermo, con un diagnóstico de problemas en el esófago, mismo que fue detectado a la una de la mañana por el perito de la Fiscalía General de la República sin prueba de laboratorio. Ese mismo día se le ejecutó orden de aprehensión por los casos de Agronitrogenados y Odebrecht, ¡ah! y se le leyeron sus derechos.

Los cuestionamientos llegaron hasta España, en donde afirman que Lozoya no estaba enfermo, por lo que seguramente se enfermó en el trayecto. La información de la extradición ha sido dosificada, reitero, cual capítulo telenovelesco. Su padre habría negociado la extradición de su hijo con la Fiscalía General de la República a cambio de información privilegiada, conocida como Criterio de Oportunidad.

Entonces la trama cambia, porque ahora el hombre que era señalado directamente como enlace de México con el caso Odebrecht por sobornos, tendrá los beneficios de ser “testigo protegido” al proporcionar grabaciones por 15 horas con información exclusiva.

El caso Odebrecht salió a la luz en el año 2016, gracias a que periodistas de varios países  documentaron los sobornos que la constructora brasileña había pagado a diversos presidentes y altos funcionarios para campañas políticas con el propósito de que ya en el poder, éstos devolvieran sus favores con obras.

De acuerdo a información revelada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, Odebrecht entregó 10.5 millones de dólares a funcionarios mexicanos.

Mientras en el mundo fueron involucrados ex presidentes y presidentes, altos funcionarios que yacen presos y otros más que se suicidaron por estar envueltos en este escándalo de corrupción, en México no había ningún imputado. Sí, lo mismo de siempre. No pasa nada.

Pero ahora que Lozoya habló ¿cambiarán las cosas?

Por lo pronto, el periódico Reforma este viernes sacó su nota a ocho columnas: Paga Odebrecht campaña de Enrique Peña Nieto. Lozoya habría dicho que 4 millones de dólares fueron a parar a la campaña presidencial de Peña. En otros países Peña ya estaría adentro.

Sin duda, Andrés Manuel López Obrador tiene la oportunidad de hacer historia en materia de corrupción al llevar al ex presidente Peña a los tribunales y de esta forma deslindarse del PRIMOR que le acusan.

Por si fuera poco, Lozoya ofrece a AMLO, en charola de plata, a su principal oposición: los panistas, pues señala a Ricardo Anaya, ex candidato presidencial; a Ernesto Cordero, ex senador; y a Francisco Domínguez y Francisco García Cabeza de Vaca, gobernadores de Querétaro y Tamaulipas, respectivamente, de recibir 52 millones 380 mil pesos para que aprobaran las reformas del pacto por México. Aunque aparte de panistas, también hay priistas como José Antonio Meade Kuribreña, Luis Videgaray, hasta el veracruzano José Antonio González Anaya y alguno que otro hoy declarado morenista.

Si alguien se preguntaba del porqué no hay oposición en México, la respuesta es simple: “Para tener lengua larga, hay que tener la cola corta”, o de plano, ser “testigo protegido”.

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