Entonces, debido a esa foto, todo mundo se olvidó de la salud del secretario de Gobierno y se enfocaron en los privilegios de estos funcionarios públicos que se atienden en hospitales privados, cuando el mismo López Obrador dijo que eso ya no iba a pasar en el país. Por supuesto, uno con su dinero se puede atender donde se le pegue la gana. El problema sería si esa atención hospitalaria se carga al erario público.
El secretario de Gobierno, lo dijimos desde que dimos la primicia de que se iba al Hospital de la Beneficencia Española, iba estable, su situación en ese momento no era de tanto riesgo; algunos quisieron especular que, por su sobrepeso, por sus problemas de salud pues su caso se agravaría. La verdad sólo la sabe él y sus médicos.